No se si será porque los niñ@s dejan el abrigo en la percha del pasillo o porque la arena no araña dentro de sus botas o será porque se tumban felicesa beberse el sol en el suelo del recreo , será porque crece la sombra del almendro o podría ser, por el olor a caramelo de clorofila que deja el viento en el patio. No sé, pero cuando llega la primavera, los maestros nos fijamos en los niños y los vemos igual que el seto: mas crecidos y mas rosas las mejillas.
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